VII Congreso

Guadalajara, Jalisco - México - 1995

Durante los días 23, 24 y 25 de noviembre de 1995, la Federación Internacional de Antiguos Alumnos del INAP de España, conjuntamente con la Asociación Mexicana de Egresados del INAP de España, organizaron y llevaron a cabo, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, el VII Congreso Internacional, cuyo tema central fue el de "La Función Pública Iberoamericana en los Albores del siglo XXI".

A lo largo de estos tres días de trabajo se abordó, desde diferentes ópticas, la problemática de los recursos humanos en las Administraciones Públicas de Iberoamérica; una mecánica de trabajo altamente participativa, contextualizada y enriquecida con Conferencias Magistrales de especialistas en la materia, o que permitió a los lservidores públicos presentes dar cuenta de este factor estratégico para la modernización y el desarrollo de los Estados-Nación.

El alcance de las reflexiones y los debates generados, en un marco de madurez y respeto, se extendió, tanto al diagnóstico como a sendas propuestas; a saber:

Diagnóstico Dos fueron los puntos de partida, en torno a los cuales se desarrollaron las discusiones:

  1. Se diferenció claramente la realidad funcional de España, del resto del subcontinente latinoamericano; y
  2. Se partió de la premisa de la Organización de Naciones Unidas, la cual reconoce que ninguna organización puede ser superior a los hombres y mujeres que la personifican.

Bajo esta perspectiva, tanto el análisis de la situación actual que caracteriza al servicio público, como las propuestas que pretenden modificarla, se circunscriben a la realidad de América Latina.

En este sentido, las características esenciales que signan a la Función Pública de nuestros países son las siguientes:

  1. Falta de correspondencia entre las transformaciones a nivel planetario, tales como la globalización, la democratización, la revalorización de los derechos humanos, con la realidad organizacional y funcionarial del sector público vigente.
  2. Ausencia de una verdadera política de personal en las Administraciones Públicas.
  3. Inexistencia de una concepción clara de función pública, así como de vocación de servicio.
  4. Jerarquización de las relaciones personales y del factor político, sobre los atributos impersonales de la masa crítica humana,
  5. Discrecionalidad en el proceso de selección, designación, promoción y remoción de los servidores públicos.
  6. Ausencia de institutos o escuelas de formación y especialización que garanticen la necesaria rigurosidad académica que demandan los nuevos tiempos.
  7. Falta de profesionalismo en el “Arte de Gobernar”, cuyo corolario es el dominio del Spoils System o sistema de despojo.
  8. Inestabilidad formal y fáctica de los funcionarios públicos.
  9. Elevados índices de rotación del personal al servicio del Estado.
  10. Pésimo sistema de retribuciones y prestaciones sociales.
  11. Mediocridad, anquilosamiento y falta de creatividad.
  12. Excesiva centralización; o, lo que es lo mismo, las decisiones se concentran y se toman lejos de los problemas y de la realidad.
  13. Corrupción y ausencia de normas éticas de comportamiento.
  14. Ausencia de sistemas eficientes de control y evaluación.
  15. Enfoque orientado a la tarea, carente de una visión estratégica y totalizadora orientada al servicio.
  16. Imagen y autoimagen de los servidores públicos por demás negativa.

Alternativas de Políticas Públicas

  1. Ajustar la realidad organizacional y funcionarial a las cambiantes condiciones del entorno internacional.
  2. Jerarquizar los departamentos de personal de las administraciones públicas, convirtiéndolos en “islas de excelencia” e incorporando a “tanques pensantes”.
  3. Trabajar en la generación de principios de identidad, espíritu de cuerpo, y la revalorización de la mística del servicio público.
  4. Propiciar la neutralidad política de los funcionarios públicos.
  5. Establecer el Servicio Civil de Carrera; o, en su defecto, modernizar los ya existentes, lo que implica aspirar a la institucionalización del Merit System o sistema de méritos.
  6. Diseñar e implementar sistemas de control y de evaluación de gestión de los recursos humanos la servicio del Estado.
  7. Flexibilizar los sistemas de función pública y desconcentrar la gestión de los recursos humanos.
  8. Reconocer y premiar la capacidad, productividad, resultados y creatividad de los funcionarios públicos.
  9. Depurar a las Administraciones Públicas de aquellos elementos nocivos, mediocres y corruptos.
  10. Retener a aquellos funcionarios públicos más cualificados.
  11. Mejorar el sistema de prestaciones sociales, buscando, al mismo tiempo, garantizar un salario digno y remunerador.
  12. Invertir en la formación, especialización y actualización permanente de los funcionarios públicos, a partir de institutos o escuelas que se apoyen en las universidades.
  13. El servidor público debería ajustar su accionar a un riguroso Código de Deontología Funcionarial; buscándose lograr el compromiso y la responsabilidad social de los funcionarios públicos.
  14. Desarrollar la comunicación interna y la participación de los propios trabajadores al servicio del Estado; y, al mismo tiempo, estimular la reingeniería de sistemas para optimizar los procesos administrativos.
  15. Establecer sistemas integrados de información que posibiliten el desarrollo de procesos de planeación estratégica y la racionalización en el proceso de toma de decisiones.
  16. Se sugiere poner en marcha un batería de medidas que coadyuven a mejorar la imagen y la autoimagen de los servidores públicos; apertura de las administraciones públicas a la sociedad, orientando los servicios públicos al ciudadano-cliente, y, en general, al bienestar general de la población, y la motivación permanente de las personas que laboran para la administración pública.